Regresar a las cosas que me llevan a mi centro, que me reparan con rapidez. Es algo bueno que aunque sea una amateur en lo que se refiere a las relaciones, sé cómo lidiar conmigo en momentos en el que la niña herida decide dar un paseo.
Hoy medité, fui al yoga, aprendí, salí a caminar, descansé, dejé claro (ya más organizada mentalmente) como me sentía, arreglé mi espacio, me vi un capítulo de una serie que disfruto, disfruté de un buen baño, me preparé para el siguiente día, retomo mi escritura (o lo intento), leo, tengo planes y estoy llena de buenas intenciones para conmigo.
Hoy, he vuelto con rapidez a unir mis pedazos y he encontrado claridad acerca de mis deseos. Hoy, en este instante, agradezco cada cosa, cada situación, agradezco toda esa descarga de dolor que llevaba años acumulada.
Mi niña está más tranquila ahora y me deja hablarle, decirle que aquello que dije acerca de mis incapacidades no es cierto, que sí hemos logrado cosas, que las heridas están sanando porque esta vez las dejamos salir, que seguimos juntas en esto y que seguiremos mejorando, porque somos luz y estamos hechas para dar amor...
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