viernes, 7 de julio de 2017

Se aproxima una guerra

Hoy me siento atrevida, guarra, desvergonzada.
Quizá sea esta forma que tenemos de tratarnos en la que estamos y no estamos y que cuando luego de no estar, coincidimos.
Es por eso que seré clara.
Quiero hacértelo de todas las formas posible.
Quiero hacértelo lento, muy lento y quiero hacértelo tan rápido que pierdas el sentido del tiempo y el espacio.
Quiero que seas suave como si fuera porcelana y pudiera romperme y quiero que seas tan duro como si quisieras castigarme por todos los errores cometidos.
Quiero que mi lengua dance con tu lengua y mejor aún, recorrer tu cuerpo con ella y que recorras cada parte de mi, hasta que mi humedad te embriague y no puedas contenerte.
Quiero estar encima tuyo y debajo.
Quiero tenerte cerca y dentro.
Quiero que reduzcamos cada espacio y que seamos solo uno.
Esto que te quede claro, es más que un simple aviso, es una declaración de guerra.

viernes, 21 de abril de 2017

Estoy jodida de la cabeza.
Lo supe en cuanto me dijiste que no funcionaría, y te besé.
¿Soy yo café?
¿Es en mi en quien piensas en las noches de frío?

Cabos.

Y cruzó por su mente la idea de atar su vida a alguien solo porque le ofrecía seguridad. En cuestión de segundos no pudo procesar la información y se dio cuenta cuán diferente e independiente era. No podía siquiera imaginar tener la fortaleza de soportar múltiples decepciones. Es así como supo con total seguridad, que prefería la soledad a una mala compañía... 

Una lágrima.

Una lagrima que se convirtió en cien más. 
Una lágrima después de sentirse muerta y vacía.

Él dañó su espíritu, él quebró sus esperanzas, la convirtió en alguien más y ahora parecía venir por más. No quedaba nada de ella... o quizá quedaba algo porque la hizo resurgir.
 
Ella estuvo radiante, su fuerza se sintió como un tornado y quiso derribar todo lo que encontrara a su paso. 

Por el desuso, sin embargo, se derrumbó y no pudo contra su propio infierno y fue ahí cuando el reconoció su culpa y fue cuando ella se sintió tan pequeña que quiso chillar.

Él lo sabía y ahora quizá lo podía perdonar. Quizá lo podría amar de verdad. 

Yo te perdono, lo pensó. 
Yo te perdono, lo dijo. 
Yo te perdono, yo te perdono, yo te perdono...

Aún lo dice y quizá lo deberá decir muchas veces más.