Aún recuerdo

Aún recuerdo tu aroma, tus besos, tu piel, tus caricias... Tu sexo dentro de mi mientras mis manos rasgaban tu espalda, la sequedad de mis labios mientras buscaban los tuyos, el vaivén de mis caderas que agitaba tu respiración.
Recuerdo tus palabras, recuerdo tus suspiros, tu mirada al despertar, los abrazos que me diste y las promesas que hiciste...

(Inconcluso, parte 1) - [Poema infiel, nuevo sujeto]

Desvarios

A punto de dar por terminada la noche, con un desazón justo donde empieza el estómago piensa en él por un momento y recuerda esa frase, aquella que dice que la noche está hecha para las putas, los poetas y los que mueren de amor.  Sonríe entre la vigilia y el sueño, quizá por eso ama la noche, ha sido un poco de las tres...

Palabras gastadas

Escribo para darle validez a mis pensamientos ¿Cómo sabes lo que es real si aún no está escrito?

Líneas desdibujadas de amores no correspondidos.

Y fue en ese momento, cuando estaban tan cerca, que notó la soledad que le habitaba.  

Se recriminó no poder ser ella la que llenara ese vacío, se sentía incapaz de semejante hazaña.

Era ella quien seguía buscando quien le llenara el alma y así, egoísta como siempre ha sido, prefirió marcharse antes de confundir el amor con compañía. 

Hace tanto tiempo amor mio, te extraño a ratos.

De madrugada

Y son en las noches, a eso de la una de la madrugada en las que se le da por cuestionar todos sus desamores, aquel que se marchó y jamás pudo saber si fue real o aquel que le escribe de vez en cuando y con el que de forma ocasional se ve o aquel que sin más decidió ser el cobarde e ir a puerto seguro porque con ella no podría funcionar. 

Ya no le duele el alma, ya no le duele nada, solo está, solo avanza, solo se cuestiona y es así como siempre es.

Y en mis deseos también está que me des calor en las noches de frío...

Y no sucedió... Otra vez

Donde todo inicio... o al menos la primera parte.

17

Ella se siente liviana de una forma extraña, demasiada calma en una mente ajetreada.
Se pregunta una y otra vez como de todas las decisiones posibles terminó tomando las menos convenientes. 
Culpa al miedo y a cierto aprecio por la soledad; ninguno de los dos son los mejores consejeros y fue a ellos precisamente a los que acudió.
Ahora se halla sola, pretendiendo a las 12 de la mañana, atraer con sólo recuerdos un amor que no regresa.

Día 3:

Puedo soportarlo, soy fuerte.

¿Entiendes ahora porque me alejo?
No he aprendido a querer, no entiendo los tratos del amor y mucho menos las convenciones sociales.
Doy lo que puedo dar, en la forma extraña que he aprendido y cuando creo que lo he comprendido, ya te he alejado.
Te he alejado y has huido despavorido.

Quizá no me merezcas
Quizá no eres tú
Quizá si hubiera sabido...

Debes saber que me gustas. 
Me gustas más allá de tu carácter.
Me has gustado a ratos y ahora a cada rato. 
Me gustas hasta sentir que te necesito
Hasta quererte conmigo a la 1 de la mañana.
Me gustas como para soñarte y luego despertar en tus brazos.
Me gustas así como por un tiempo y por lo que sobra también.
No, no te asustes, solo me gustas y si me lo permites, podrías gustarme más.

¿Se escribe para que las palabras se escuchen o para que los sentimientos se alejen?

Años luz

Esa noche decidió leer acerca de su capricho, se sintió emocionada por su capacidad de añorar con tanta intensidad.
Se recriminó por un par de palabras y se sorprendió con el gran alcance de otras y al final descubrió que sus letras no son más que el retrato de sus sentimientos.

Melancolía, melancolía, alegría, tristeza, decepción, temor, añoranza y nuevamente melancolía...

¿Donde está el amor?

Quizá cada palabra lo sea.